
En esta receta vamos a preparar unos Scones clásicos. Los Scones son unos panecillos típicos del Reino Unido y originarios de Escocia. Se preparan en un momento y son ideales para tomar en el desayuno o la merienda.
Ingredientes:
- 500 gr. de harina tamizada
- 3 cucharaditas de levadura en polvo
- una pizca de sal
- 60 gr. de azúcar
- 125 gr. de mantequilla fria, cortada en trozos pequeños
- 180 ml. de nata o leche entera
- 1 huevo L y otro huevo para pincelarlos
Preparación:
Precalentamos el horno a 190º.
En un bol grande, mezclamos la harina tamizada, la levadura en polvo, el azúcar y la sal. Cuando lo tengamos todo bien mezclado, añadimos la mantequilla (que deberá estar muy fría).
Con un cortador de mantequilla o un tenedor, mezclamos todos los ingredientes hasta conseguir un arenado (una especie de arena gruesa).
A continuación, mezclamos el huevo con la nata.
Hacemos un hueco en el centro de la mezcla y lo vertemos.
Con una espátula mezclamos todos los ingredientes, sin amasar demasiado. Volcamos la mezcla sobre la mesa enharinada y terminamos de amasarla sin manipularla demasiado, evitando darle calor con nuestras manos. Esto es importante para que luego los scones crezcan bien en el horno.
Formamos un circulo con toda la masa de 2 a 3 cm. de grosor y vamos cortando los scones con un molde redondo de 5 cm. de diámetro.
Los vamos dejando sobre una bandeja de horno que tendremos preparada con papel de hornear. Cuando los tengamos, los pincelamos con huevo batido.
Los hornearemos al rededor de 18 a 20 minutos, dependiendo del tipo de horno. Cuando los veamos ligeramente dorados, los sacamos del horno y los dejamos sobre una rejilla para se enfríen un poco.
Lo ideal es tomar los scones recién hechos, porque es cuando mejor están. Los podemos rellenar con lo que más nos guste, tanto dulce como salado. En esta ocasión, yo los rellené con crema de queso y mermelada.
Espero que os gusten! ♥